¿Cómo conocisteis la JI?
Aunque con un año de diferencia, ambas conocimos JI mediante los carteles publicitarios que se colocan, cada inicio del curso académico, en diferentes espacios de la Facultad de CC. de la Educación y Psicología (UMA), y nos pusimos en contacto con Ángela, nuestra mano derecha y a quien le debemos muchas de las cosas buenas que nos están pasando. Una vez que conversamos con ella, nos citó para entrevistarnos, con el fin de conocer JI y, aún más, la labor que desempeñaríamos dentro de la misma. No dudamos en apuntarnos, ya que nos convenció bastante bien de todo 🙂
¿Qué os llamó la atención? ¿Por qué os interesó?
Deseábamos colaborar realizando algún voluntariado, complementando nuestros estudios universitarios, y es por ello que empezamos a buscar hasta encontrar alguno que nos llamase la atención. JI te ofrece una oportunidad distinta a la que puedes vivir en las prácticas externas ofertadas durante el Grado en Maestro/a de Educación Infantil, puesto que el hecho de participar en un ámbito ajeno al escolar hace posible concienciarse de la gran relevancia que posee formarse en todos los entornos en los que puede estar presente la figura infantil. En este caso, el contexto sanitario; concretamente, el Hospital Materno Infantil de la capital malagueña. Además, esta experiencia permite corroborar que la educación integral del niño o la niña está en todas partes.
Para nosotras, la JI es una gran familia con la que sabemos que podremos contar siempre, pues las personas que la constituyen son solidarias, cercanas y cariñosas; pero, sobre todo, humanas. Pues, al fin y al cabo, es precisamente ese carácter humano lo que pretendemos despertar en los demás, con cada una de las muchas actividades que ponemos en marcha.
¿En qué actividades de la JI habéis participado? ¿Cuál ha sido vuestra experiencia?
Durante los tres y cuatro años anteriores, ambas hemos formado parte de actividades de la JI. Sin embargo, nos une el voluntariado que se desempeña en la Ludoteca del Hospital Materno Infantil de Málaga, cuyo campo de trabajo es actualmente coordinado por nosotras. Esta función consta de dos momentos clave:
1. Formación mensual: ¿Qué vamos a trabajar? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Cada mes, nos reunimos con las chicas que componen nuestro equipo y a quienes les damos libertad a la hora de aportar ideas y opiniones, pues creemos que un grupo de mentes piensan siempre más que dos. En estos encuentros, informamos sobre las fechas que asistiremos al Hospital, así como el tema a través del cual pretendemos trabajar un valor principal: amistad, generosidad, familia, amor… Para ello, investigamos en Internet o creamos, entre nosotras, actividades que fomenten e inciten a la interiorización ética y moral del contenido acordado.
En cuanto a la estructuración de cada visita, seguimos un esquema común que, anteriormente, nunca se había puesto en marcha y, sin embargo, está dando unos resultados muy favorables. Dichos pasos son:
- Presentación del tema mediante la visualización de un vídeo o representación teatral de un cuento. Esta parte, a su vez, consta de una asamblea posterior, formada por 3 pilares (debate, dinámica en grupo y puesta en común) y basada en la reflexión.
- Desarrollo del tema a través de una actividad grupal: bingos, murales, adivinanzas…
- Realización y creación personal de una tarea individual: escribir cartas, elaborar manualidades, dibujar emociones, representar pensamientos
2. Visita mensual: ¿Cuánto dura? ¿Cuándo es? ¿Qué hacemos?
Nuestra visita al Hospital se desarrolla, durante 2 horas, el segundo miércoles de cada mes. Una vez allí, preparamos los materiales y creamos una distribución espacial acorde al planteamiento previamente estructurado, con el fin de llevar a cabo con éxito la sesión preparada en la reunión.
En definitiva, nuestra experiencia como voluntarias y coordinadoras del Hospital Materno Infantil nos está proporcionando vivencias muy ricas y variadas para nuestra formación tanto personal como profesional, y de la que estamos muy contentas. No obstante, sabemos que tenemos mucho que mejorar y aprender en este campo, por lo que cada día trabajamos en distintas posibilidades, con ilusión y ganas, para progresar positivamente.
Sin duda, en cada actividad, descubrimos lo mejor de cada una de las personas que participan en ella, e intentamos reconducir esos puntos débiles de cada cual. Esto, además, nos permite conocer las diferentes personalidades, la mente de los niños y niñas, los intereses de los jóvenes, la variedad de gustos y opiniones… Cada actividad te nutre de energía positiva y te hace ver la vida con otros ojos.
¿Os ha cambiado en algo la JI?
¡Claro que sí! JI ha sido y, afortunadamente, sigue siendo una experiencia formativa muy enriquecedora, tanto a nivel personal como profesional. Ambas somos conscientes de que hemos crecido como personas y que, por supuesto, ahora somos una versión mucho mejor que la anterior a nuestra incorporación como voluntarias. Además, te permite vivir y ser partícipe de aprendizajes que, en muchas ocasiones, pasamos por alto y, por tanto, te hacen valorar mucho más lo que tienes a tu alrededor. Sin embargo, también hemos avanzado en la construcción de nuestro perfil y estilo como futuras docentes, ya que hemos conocido circunstancias infantiles totalmente nuevas que nos han hecho repensar y modificar muchos principios pedagógicos.